Archivo | mundofemenino RSS feed for this section

Los gozadores

11 Nov

Mi padre decía que «uno aprende a vivir justo antes de morir «. La fugacidad de la vida la tenía super clara, y nos enseñó a vivir en consecuencia. No digo que la nuestra fuera la mejor infancia del mundo. A mi padre le sobraba carácter y le faltaba implicación en nuestras cosas, pero a cambio nos enseñó a mis hermanos y a mí el significado del hedonismo, del disfrute. Recogimos el testigo cada uno como pudimos, creo que la que más se le parece soy yo. Después de su temprana muerte con 64 años tome conciencia de que el paseo por la vida es efímero, incierto y sorprendente. Me quedo como herencia el carácter  del padre más disfrutón del mundo, llevado con mucha honra y haciendo sobrados méritos para ello.

Mi padre era un tipo listo, guapo, un señor de voz grave, ojos verdes y pelo canoso, un seductor de manual, guapo hasta reventar, seducía en cuanto abría la boca, un tío simpático, de mundo. No tenía estudios pero tenía mucha labia, era un buen relaciones públicas, buen conversador, buena compañía y aunque no leía libros, leía muchos periódicos y estaba al tanto de la actualidad nacional y política. Además entendía mucho de vino, de la buena mesa y de placeres mundanos, cultura del vividor.

Algunos días llegaba a casa a las 7 de la mañana a acostarse y no venía del turno de noche de una fábrica precisamente, venía de recorrer salas de fiestas de Madrid, era representante artístico y si es cierto que era su trabajo, había una parte de ocio entremezclado. Nos cruzábamos algunas veces con él cuando nos levantábamos al colegio y  llegaba a casa con los ojos rojos de sueño y cierto olor a humo en su traje chaqueta. Por aquel entonces en las salas de fiestas madrileñas estaba permitido fumar. El decía «vengo de trabajar» y mi madre contestaba «eso no te lo crees tú ni harto de vino» y ese era el bucle de su conversación mañanera, que tantas veces escuché…

Cuando él y mi madre compraron la casa de campo a modo de inversión en una zona de Guadalajara cerca de Madrid, no le puso Villa Fulanito o Villa Menganita, le puso «Los Gozadores», todo un símbolo de intenciones de para que estaban allí. En modo patriarca con su bastón de madera disfrutaba de sus paseos por el campo, sus partidas de mus en el bar del pueblo, sus chatos de vino y supongo que del sexo con mi madre, (una vez les pille y fue la experiencia más traumática del mundo para mí, mis padres follando, nunca lo hubiera visualizado)… Allí hemos pasado momentos especiales, Navidades en familia llenas de luces intermitentes de colores, de calor, de buen marisco y buenos vinos, de olor a campo y chimeneas de leña en un invierno gélido con temperaturas bajo cero de la Alcarria. Allí hemos hecho fiestas de cumpleaños, de verano, celebraciones varias y ha sido mi retiro espiritual en épocas de depresión y de duelo.

No asistió nunca a ninguna reunión del colegio de monjas. De hecho si las monjas hubieran sabido en que ambientes se movia,  me hubieran echado del colegio… Sin embargo mi padre me enseñó a beberme la vida a su ritmo, a disfrutar de comidas en restaurantes exóticos con cubiertos imposibles para degustar las exquisiteces que pedía. Nos llevaba a pasar un mes de  vacaciones de descanso a hoteles con piscina cuando la cosa iba bien y tenía pasta, cuando la cosa iba mal nos decía «ahora no hay dinero para eso» pero quedaba suficientemente compensado con los lujos que nos brindaba en otras ocasiones. Así era mi padre de espléndido.

Igualmente para Reyes y cumpleaños éramos los niños más afortunados del mundo. El mejor regalo de mi vida y uno de los momentos más emocionantes de mi infancia fue cuando me llevaron mi madre y el  por sorpresa a una famosa tienda de Madrid a elegir un vestido de flamenco a medida, con zapatos de tacón a juego y todos los complementos, peineta, pendientes, pulseras… Lo tengo grabado como un momento estelar de mi niñez. Mis padres quisieron inmortalizar ese momento de alegría cuando recogimos mi vestido, con una foto de estudio en la que aparezco rubicunda y sonriente con los mofletes colorados de la emoción. Siempre he sido y sigo siendo de moflete colorado fácil sobre todo cuando me embargan distintas emociones. Para mi la alegría o la pena son sinónimos de moflete colorado incluyendo orejas si la emoción es super fuerte.

¿Quieres saber cómo fue como pareja? Un puto desastre… También fue un ejemplo para mí de cómo no deben ser las relaciones, lo que no debía tolerar en un hombre y la importancia de ser independiente económicamente (una idea que mi madre me repitió durante toda su vida y que tuve super clara viendo el percal), aunque con los años fue aplacándose y renunciando a sus juergas gitanas y perdiendo fuerza.  Se hizo más casero y más familiar.  La vida le pasó factura,  la tensión alta, su vehemencia, dos infartos…  maldijo su suerte porque nunca tuvo cojones para dejar de fumar. De hecho el tabaco acabo con su vida en un mes y medio desde que le detectaron, un cáncer de pulmón, supongo que los ambientes nocturnos llenos de humo y la vida sedentaria,  hicieron su efecto.. su muerte fue tan rápida como la velocidad de recorrido en su vida.

Cuando volví de un viaje a Nápoles y Costa Amalfitana en septiembre de 2005 y entre por la puerta de «Los Gozadores»  olía ya a enfermedad y a muerte, desconocíamos que en poco más de mes y medio mi padre nos abandonaría. Había descuidado el jardín y dejado crecer malas hierbas, la casa estaba sombría y con aspecto de película de terror. Lo que creíamos una depresión resultó un cáncer fulminante. No he podido volver a ver las fotos de mi último cumpleaños con él en el mes de julio, en octubre abandonó este mundo. Antes de hacerlo nos pidió que esparciéramos las cenizas por el jardín de «Los Gozadores» y nos meáramos encima, creo que alguno de mis hermanos cumplió está última voluntad, siguiendo sus deseos no hubo funeral… Ah y que el día de su duelo nos diéramos una mariscada en su honor, cosa que hicimos a lágrima viva pero hicimos… Si algo tenemos en mi familia es que no se nos quita el hambre con ninguna pena. Aquel día lloramos a moco tendido pero nos apretamos un par de botellas de vino blanco con su correspondiente mariscada.

No le perdono que me dejara en uno de los momentos más difíciles de mi vida, le necesitaba. Con el tiempo me he dado cuenta de que ha estado conmigo, me ha acompañado en decisiones importantes, su espíritu habita en mi, su presencia está en mi ADN, en mi alegría, en las ganas de vivir intensamente teniendo claro el presente por encima de todo… Siempre estuvo orgulloso de mí, de mi carácter luchador y de que me pareciera tanto a él aunque quería que estudiara medicina, yo que soy de letras puras!. Ahí no le pude satisfacer pero se que me abandonó este mundo orgulloso de mí.

¿Y mi madre? La primera persona que me enseño a odiar mi cuerpo fue mi madre. Me decía que era “guapa de cara” desmenbrándome de mi cuerpo y señalando lo imperfecto que era. Fui una niña regordeta y acomplejada, nunca me consideré guapa. Hasta hace poco, muy muy poco, me he empezado a querer, he empezado a querer mis pechos, mis piernas, mis brazos, mis hombros, mis pies… Años después derivaría en trastornos alimenticios para satisfacer a mi madre dentro de su insatisfacción de estar en una relación con un hombre que la restaba más energía de la que le aportaba. No la reprocho nada, en su educación patriarcal no entraba separarse de un seductor don Juan con cuatro hijos. Sobreviví como pude en un hogar con relacion tóxica y muchos gritos. Años después tuve que desaprender lo aprendido y aún sigo en proceso… La herida continua.

The Mad Cupid

4 Nov

He decidido retomar el blog casi por petición popular, este espacio donde he crecido y he sufrido a partes iguales. Entre el dolor y la alegría fluye la vida. Donde la razón y el corazón dialogan intensamente, aunque como mujer madura que soy, la racionalidad gana terreno cada vez más y afortunadamente.

Ya no corro detrás de quien no quiera estar conmigo, de compartir un momento especial de charla, un debate, una conversación o un vino reconfortante. Los momentos así no los comparto con cualquiera. Pero confieso que me he arrastrado alguna vez mendigando migajas de amor o de atención que ahora mismo no quiero… También soy capaz de abandonar un espacio sin pedir perdón por ello, si el ambiente se torna violento para mi, creo que es justo y necesario para mi autocuidado y el de cualquiera.

Me he dado cuenta que una de las cosas más sanadoras y que más alegría me aporta en la vida es la escritura, la escritura feminista, con perspectiva de género, no puede ser de otra manera. Si algo me ha hecho mi propia experiencia vital es ser cada vez más feminista, más sensible a las diferencias y con más conciencia social. Mi maternidad, dolorosa y mística en modo revelación, me ha hecho ser como soy, doy gracias al destino porque Guillermo me haya elegido como madre, me ha hecho más fuerte, más humana, más luchadora, no se como sería ahora sin él pero creo me gusta el punto en el que me/nos encontramos. Después de esto pocas cosas me dan miedo, si acaso la soledad compartida, gélida y destructiva… Me aterroriza…

Mi alma de escritora pide paso, tengo muchas cosas que contar, por simple acumulación de tiempo. Me resisto a los 51, a abandonar mi juventud aunque si soy sincera confesaré que nunca pensé en estos años con tanta plenitud y alegría (previo paso por terapia algunos años)… Ha sido un proceso largo y duro y de revisión permanente pero necesario para entender por qué a mi…

Ahora solo quiero caminar bien acompañada, tranquila, firme, con personas, lugares y lecturas que me aporten. De vez en cuando abandono la lectura, mi cabeza entra en ebullición y necesito descansar, demasiadas ideas se entrecruzan, proyectos inacabados y proyectos futuros. Me confieso también obsesa del disfrute, he somatizado tanta pena durante años que cada momento es bueno para desquitarse, para desprenderse de capas de piel quemada… Vivir con la intensidad, la alegría y la adrenalina de no saber lo que va a pasar, salvo lo previsible del día a día, ese es mi mantra, aquí y ahora.

De momento este blog seguirá siendo autobiográfico y lo mezclaré con relatos, algunos personales y otros no, con la idea de finalizar algún día el libro de mi vida que no es ni mejor ni peor que la tuya, ni siquiera a lo mejor merece ser contada… Pero qué es la literatura al fin y al cabo sino la capacidad de sumergirse en otras vidas, identificarse, vivirlas como si fueran propias y amar u odiar a los personajes que rodean a la protagonista…

Y por último una reflexión sobre el amor (y aquí lo dejo de momento), ese tema pendiente en mi vida y en la de otras mujeres adictas a esta drojaína que a veces nos mantiene en una realidad paralela e inexistente. Recurro a una cita que ya puse en un post de Las relaciones igualitarias de la gran activista, escritora y feminista Kate Millet: “El amor ha sido el opio de las mujeres como la religión de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban”… Y aún ahora en pleno siglo XXI tenemos mucho que deconstruir para conseguir relaciones claras, sanas e indoloras. He pasado por distintas relaciones afectivo sexuales, algunas les quitaría incluso el afectivo, rupturas, duelos y no paro de aprender del ensayo-error, aunque tuviera 100 años.

«Y entonces el rebelde Cupido entendió el poder de su flecha. Se dio cuenta de que haríamos cualquier cosa que él quisiera asustadas de perderle. Como nos ocurre a veces, el amor no es un aliado, puede ser nuestro enemigo. Puede cegarnos de la realidad, negar lo que sentimos, nos deformará. Y cuando esto ocurra, prepárate, será un largo camino de vuelta hacia nosotras mismas» The Mad Cupid. TAKI 2021

Mujeres que recomiendan a mujeres

30 Jul

Que las mujeres somos enemigas es un argumento muy manido y utilizado reiteradamente por el patriarcado para desunirnos y que no alcancemos cuotas de poder. Las estadísticas no engañan, los cargos directivos ocupados por hombres en las empresas suponen un tanto por ciento mucho más elevado que de mujeres y están lejos de la paridad. Todavía existe el techo de cristal que nos frena en seco para conseguir cuotas de igualdad en este terreno. Particularmente nunca he creído en esta premisa ni otras con respecto a los hombres «un hombre criticón es peor que una mujer», dado que en los trabajos hay personas de todo tipo, independientemente de si es hombre o mujer, que son una escuela de vida para manejar las emociones.

Del muro «Stop telling women to smile»

En el plano personal he encontrado a más mujeres que hombres que han confiado en mí para determinados puestos de trabajo sin tener un ápice de rivalidad y ayudándome en mi búsqueda activa de empleo. Del mismo modo cuando me he enterado de que alguna amiga encajaba en algún perfil o puesto de trabajo no he dudado en enviarle la oferta de empleo para que aplique. En mi entorno es lo normal, todas mis compañeras de vida lo hacemos así, queremos que la de al lado progrese porque dentro de su progreso va implícito nuestro éxito como sociedad igualitaria.

Es en el trabajo donde creo que las mujeres nos ayudamos más, ¡a quién no le apetece rodearse de personas de su confianza en cualquier terreno! Sororidad en el puesto de trabajo. Tengo amigas con profesiones liberales y autónomas (como la estupenda y ecléctica diseñadora Carmela de Freakhand) a las que muchos proyectos les salen a través de otras amigas que tienen necesidad en sus empresas de determinados servicios y se acuerdan de ella por su confianza y buen hacer: un diseño de un stand, una traducción, una profesional para dar clases de inglés… También tengo amigas escritoras a las que admiro y que cuando presentan su trabajo apoyamos de manera incondicional en nuestro círculo, compartiendo lo que han hecho en redes sociales con orgullo y admiración. La última mi amiga May Serrano «Me caso conmigo misma» a la que asistimos en Madrid orgullosas de ser sus amigas o el libro de la bilbaína Juncal Alztuagarai «Mi suelo pélvico» . Sin esa admiración y soporte mutuo no sería posible ni su éxito ni el de las demás.

Igualmente he tenido jefas durante mi experiencia laboral que han sido un espejo en el que mirarme, mujeres fuertes, con personalidad que han tenido que conciliar vida laboral y personal en un país como España donde la conciliación ha sido y sigue siendo un temazo a debatir (aunque muchas empresas ha incorporado recientemente y lo van haciendo de manera progresiva planes de igualdad y conciliación). También he tenido jefes/as y compañeros/as que han sido un desastre a nivel laboral y que también me han ayudado a crecer y a saber cómo no gestionar determinados asuntos.

Las mujeres en general, tanto las que trabajamos como las que no (por lo menos fuera de casa, ya sabemos que dentro se trabaja y mucho) nos recomendamos en nuestro escaso tiempo para disfrutar del ocio, tanto películas como series o libros, de la misma manera que profesionales como médicos especialistas o terapeutas cuando nuestros hijos tienen alguna dificultad. Aunque en el ámbito laboral vayamos progresivamente alcanzando cuotas de poder, en el ámbito personal los cuidados siguen siendo nuestros. ¿Qué sería de nosotras mujeres trabajadoras y cuidadoras si no encontráramos a otras mujeres en las que apoyarse?

La rivalidad en el trabajo y en otros ámbitos está exenta de género y depende de la inseguridad personal de cada individuo/a, de los valores, de las fortalezas y debilidades de cada uno/a y del trabajo personal que hayamos realizado.

Si las mujeres no tuviéramos como público objetivo a otras mujeres no empatizaríamos con sus experiencias y no encumbraríamos a otras mujeres a triunfar. Nos quedaríamos ancladas en los estereotipos de éxito, juventud y belleza que la sociedad nos vende y viviríamos a partir de los 40 años amargadas, sintiéndonos fracasadas, en un momento preciso en el que nuestra madurez plena nos permite alcanzar cuotas de poder en el plano social, laboral y personal y disfrutar de la sabiduría que hemos adquirido con la experiencia. Entonces ¿a quién le interesa realmente decir que las mujeres somos las peores enemigas de las mujeres?… La pregunta nos exige una parada a conciencia para ir cambiando el chip de mujeres que odian a otras sin más.

Guapa de cara

3 Dic

guapadecara

Ilustración de Laura Callaghan

La primera persona que me enseño a odiar mi cuerpo fue mi madre.  Me decia que era «guapa de cara» desmenbrándome de mi cuerpo y señalando lo imperfecto que era. Fui una niña regordeta y acomplejada, nunca me consideré guapa. Hasta hace poco, muy muy poco,  me he empezado a querer, he empezado a querer mis pechos, mis piernas, mis brazos, mis hombros, mis pies. Cuando termine la Universidad y en vista de que no encontraba trabajo, decidí arreglar mi cuerpo para alcanzar la perfección y agradar a mi madre, sometiéndome a dietas estrictas. Alcancé la talla 38 después de mucho esfuerzo y tras varios desórdenes alimenticios, me puse una minifalda por primera vez a los 25 años para ir a una fiesta glam con mis amigos en un garito de la Gran Vía. Era una minifalda acharolada de color verde a juego con unos taconazos de plataforma de color verde también, tengo una foto de la época y la miro ahora y me veo escandalosamente atractiva, sin embargo en ese momento me veía gorda. ¡Qué tonta verdad!

Mi madre era alta, delgada y guapa, con facciones angulosas, media melena y un porte de dama de barrio de bien del Madrid de los 70. Recuerdo con cierta envidia su figura, en especial un outfit compuesto por pantalones vaqueros acampanados y camisa de círculos concéntricos de colores. Sin embargo no era especialmente moderna, más bien chapada a la antigua,  era una niña bien, hija de médico. Pasó de hija a esposa de un prestigioso abogado al que conoció en la Universidad Complutense de Madrid. Una pena, ya que había sido una de las pocas mujeres que había tenido la oportunidad de estudiar en aquella época y no la aprovechó.

Mi padre pasaba poco tiempo en casa, y el tiempo que estaba con nosotros lo dividía entre su despacho y la lectura. Hablábamos poco y lo poco que hablaba era para corregir mis imperfecciones: «esa niña tiene que comer menos, tienes que leer más, las señoritas no se sientan así, ¿es que piensas salir con esas pintas?». Con mi hermana Marina era diferente, tenía un caracter distinto al mío, era más pasota, le gustaban las cosas de los chicos, no era nada coqueta y no podían con ella. Con los chicos (3 de 5  hijos) mi padre tenía más feeling que con nosotras pero no dejaba de ser despectivo. David tenía un carácter más sensible, como el mío y Hector se parecía bastante a él, era su ojito derecho, Jorge en seguida tiró por otro lado, era el alternativo, el creativo y el que menos encajaba en una familia como la mía, en cuanto cumplió los dieciocho se marchó a una casa ocupada a compartir residencia con pintores, poetas y músicos (creo que es el que más pronto se dio cuenta que había que poner límites y tirar para otro lado, le apretaba el espacio y la familia que le había tocado).

Mis padres fueron los primeros que me lanzaron a los brazos de cualquiera y me empujaron a relaciones violentas y de desigualdad. Me enseñaron a tragar con cualquier tipo de relación amorosa y a agradar a todos los hombres que se cruzaban en mi camino con tal de formar una familia y que no se me pasara el arroz… La relación entre ellos era también de desigualdad, mi padre era el dueño de la pasta y hacia y deshacía a su antojo, entraba, salía pero mi madre no tenía ninguna libertad de movimiento ni decisión, ni círculo de amigas, ni un mundo propio, dependía totalmente de él. En todos estos planes que tenían para mí,  por lo menos entraba la independencia económica (una concesión que me grabó a fuego mi madre). Y así, fui enlazando una relación con otra, dejándome pisotear como un gusano, con tal de complacer a los hombres y de ganar al reloj biológico. Mi relación más larga duró dos años en los que aguanté todo tipo de vejaciones y humillaciones. Conocí a Javier en la Facultad, un niño pijo de familia bien del barrio de Salamanca que encantó sobre todo a mi madre, que se empeño en que la relación saliera adelante. Pero Javier me controlaba, era un celoso compulsivo. Tenía que indicarle a cada momento dónde y con quien estaba, era un manipulador emocional y un tío inseguro (me di cuenta después, por eso necesitaba controlarlo todo). Le terminé dejando, con mucho trabajo y mucha presión para no hacerlo por parte de mi familia que me auguraba una vida de lujo y tradición: con mi casa, mi coche, mis hijos y mi asistenta…

Mi vida fue durante unos años vertiginosa, madrugaba, trabajaba, no comía, no podía parar un minuto en casa, tenía que estar en todos los eventos sociales rodeada de cualquiera que me dijera lo maravillosa que era y  lo guapa y delgada que estaba.  Quien me hiciera sentir así durante unos minutos tenía premio y sexo inmediato. La impulsividad dominó mi vida durante muchísimos años (de hecho solo he sido consciente después de la terapia en la que he conseguido parar). Me echaba a las calles para encontrar recompensa, en mi interior había tal confusión y movimiento que no podía parar un minuto quieta. La secuencia de mi vida durante estos años fue trabajar, salir, drogarme, rodearme de gente que no me convenía, muy muy superficial y que no sabían el verdadero sentido de la amistad, pero que me convertía en reina por unas horas y me hacía sentir increíble. Cuando acababa la fiesta y les llamaba porque me sentía mal después del pasote y posterior bajón de las drogas, ni me escuchaban, necesitaba hablar y desahogarme pero no estaban ahí, solo me acompañaban de fiesta.  Esa misma impulsividad y ansiedad me impedía dormir después de una noche de fiesta y a veces cocaína, por lo que recurría al Diazepam para descansar…

Yo era una chica responsable de verdad,  educada, culta, estudiosa, hablaba inglés y francés (lo que me daba la oportunidad de encontrar trabajo rápido)  pero reconozco que me pasé, estaba totalmente desconectada, salía a diario y me levantaba muy pronto, no podía seguir el ritmo, así que perdí dos trabajos después de mentiras y una vida paralela y maravillosa que me inventé para justificar mis ausencias.

No sé qué detalles quieres que te dé más aunque creo que te puedes hacer una idea así a priori… Solo sé que estoy agotada, es como si tuviera cables desconectados en mi cabeza y necesito recomponer el puzzle de mi vida, necesito parar, revisar lo que han sido mis relaciones sentimentales hasta aquí, acabar con todo esto,  quererme más a mi que a cualquier mierda que se cruce en mi camino, trabajar mi autoestima (ya se que lo estoy haciendo y he ganado mucho en todo este tiempo) pero se que me queda mucho trabajo por delante. Confio en tí a ciegas como terapeuta, el primer paso es darse cuenta y ya lo he hecho… para atrás ni para tomar impulso…

A VECES ME PIERDO…

11 Ene

A veces me pierdo y pierdo la perspectiva  de por qué abrí este blog. Pasa como todo en la vida, te pierdes y luego cuesta encontrar el sentido de las cosas. Se trataba de dar mi opinión de la actualidad que en ese momento estaba de color hormiga, lo malo es que pasado el tiempo lo sigue estando, pero justo en ese momento tenía mucho que decir… A esta etapa le ha sucedido otra etapa de introspección, de búsqueda de un lugar propio habitado por una nueva mujer en el que han ocurrido muchas cosas.

SaraShaekel

En este tiempo he aprendido muchísimo de feminismo, al que llegué por pura identificación, es como de repente un día vas al  médico, le cuentas cómo te sientes y te diagnostica: «si su perspectiva ha cambiado bienvenida, es usted feminista, tome ud. sus gafas violeta para verlo todo más claro a partir de ahora». He criado a un adolescente con Asperger con mucho dolor, he abandonado espacios inseguros y personas tóxicas,  he salido en los medios (con el caso de la desescolarización de mi hijo), he sentido lo que es ser una outsider del sistema, en definitiva he aprendido a manejar la barca de mi vida y a reconciliarme con mi realidad y disfrutar de ella después de un proceso terapeútico. Y he repasado post de Facebook de hace años que hoy en día me han puesto la cara colorada… Sí, el paso del tiempo es evidente incluso en estas cosas.

Dentro del feminismo he tenido la oportunidad de acercarme a grupos variados y a mujeres que se han saltado de la virtualidad a la realidad para ser mis amigas. Este blog me ha dado la enorme satisfacción de acercarme a Mujeres Imperfectas y a sus creadoras como May Serrano y Silvia Allende entre otras,  donde cuestionamos los estereotipos de la mujer, hicimos y hacemos activismo y hemos compartido momentos maravillosos txacolí en mano. Ellas saltaron de Internet a la realidad para abrirme los brazos y convertise en mis amigas y hoy en día continúan su trabajo a través de la Quinta Ola. Con ellas comparto el espacio de Facebook Café para Madres donde nos cuestionamos las distintas maternidades y con las que nos reunimos en Bilbao y Madrid para revisarnos como madres y por qué no tomarnos unos vinos terapeúticos. Ese café fue un apoyo importante en momentos de desesperanza cuando pasó lo de mi hijo Guillermo, su desescolarización, su diagnóstico de Síndrome de Asperger y fue sin duda un revulsivo en mi doloroso camino. Además nos han dedicado el libro de «El patito feo» de la Editorial Cuatro Tuercas de mi amiga Belen Gaudes, algo que me llena de emoción como fan que soy de sus cuentos donde desmontan los estereotipos de género.

En este proceso terapeútico, he aprendido a relacionarme desde la calma, a evitarme sufrimiento, a dejar atrás a la mujer impulsiva, nerviosa y descontrolada en la que me había convertido por circunstancias de la vida. También a convivir con mi dolor y mis ausencias, a permitirme que estén ahí. Sin embargo me siento distinta en un traje en el que entro con dificultades, todavía estoy en fase de adaptación, a veces por exceso, a veces por defecto todavía me aprieta. Es ese malestar que te produce llevar las botas equivocadas cuando sales de ruta por el campo, tú llevas zapatillas abotinadas y todos los demás llevan las justas para no mojarse, que agarren bien, que no se te vaya el pie, es el malestar de exceso o defecto, nunca adecuada, nunca en su medida… El malestar de ser.

También he aprendido la importancia del autocuidado intentando no caer en el egocentrismo. Las feministas a veces nos miramos demasiado el ombligo  rayando en el exilio voluntario y el yo por encima de todo… dificil también pillarle la medida a esto, si bien es cierto que ya nos ha descuidado bastante el patriarcado y tenemos que retomar el lugar y el tiempo perdido.

Una de las cosas más maravillosas que me han ocurrido es reencontrarme con mi amiga Susana con la que había perdido el contacto hace siete años. Las dos habíamos pasado por procesos parecidos sin saberlo y reencontrarse desde la calma ha sido increíble. Ella apoyando desde Change.org mi petición de firmas para conseguir un aula TEA para Guille, compartiendo, hablando de nosotros con cariño… así nos encontramos, con una emoción infinita…

Y pasado el tiempo, en este punto pretendo retomar mi blog, escribir más desde otra perspectiva y seguir perdiéndome y encontrándome porque estas son las consecuencias del rodaje y del camino. Un texto anónimo que encontré por Internet decía: «alguien a quien quise una vez me entregó una caja llena de dolor. Con el tiempo me dí cuenta que esa caja había sido un regalo»… Y ahí andamos, recogiendo cajas, soltando y aprendiendo.

Mujer y Asperger, la dura historia de Cristina

27 Abr

 Imagina que en cada lugar y en cada circunstancia tienes que parecer, fingir, ser actriz, tener tantos papeles como cada situación requiera. Imagina que el acoso más grande nace de tu familia que te señala como rara, gorda, diferente. Imagina el dolor por la incomprensión de los otros, de preguntarte continuamente el por qué de tanto rechazo… si tu familia te rechaza, qué puedes esperar del resto de los mortales…

 Nuestra protagonista, Cristina Paredero nació en Madrid hace 25 años. Acostumbrada desde pequeña a fingir, cambió varias veces de colegio y en cada uno adoptaba distintas personalidades e incluso cambiaba de peinado y de manera de vestir para ser aceptada por el resto de sus compañeros. Pero nada impidió el acoso escolar: «Me pasaba todo el día llorando por lo que sufría, y tenía alguna rabieta. Estas características les parecieron a mis padres extrañas y desde pequeña me llevaron a todo tipo de especialistas que basicamente veían en mí a una niña maleducada, rebelde y con problemas de desarrollo por no responder a las características estereotipadas tales como `las niñas son tranquilas, comparten sus cosas, no se enfadan ni lloran y no les gustan los libros´.  La gente veía que era diferente y ya desde la guardería empezaron a marginarme. Recuerdo estar esperando al autocar de las primeras y yo acabar en el último lugar».

 Tengo en la memoria mi encuentro fortuito con Cristina y Darko (su pareja) en un VIP en el centro de Madrid este último invierno. Estaba tomando café y  de repente asomó por la puerta una mujer estilosa, con un gorro de piel de estilo ruso, un abrigo a juego de falsa piel (es vegana y animalista), risueña, divertida, compartiendo con su chico un rato agradable como cualquier mujer de su edad. Al principio no la reconocí pero me alegré mucho de encontrármela, la había conocido en una charla en la semana del acoso organizada por Asperger Madrid donde había leido un manifiesto de la comisión de adultos con mucha soltura y personalidad. Sin embargo, su manera de vestir también ha sido un caballo de batalla: «En mi adolescencia mi estilo de vestir no era el socialmente admitido. Mi madre clasificaba mi forma de vestir como `hortera´. Me encantaban los colores vivos y fosforitos, la purpurina, el plateado y el dorado, los estampados, las lentejuelas y cualquier cosa que brillara. No me compraban nada de lo que me gustaba y si por alguna casualidad mi madre cedía a ello, al cabo de los meses desaparecía, según mi madre `te he tirado esa camiseta porque no te valia´,  `el pantalón se destiñó en la lavadora´… `se me rompió al cogerlo´o demás cosas por el estilo».Cristina Paredero

 Cristina es una de las mujeres más dulce, cariñosa, inteligente, intuitiva y educada que me he encontrado en mucho tiempo. Tiene los ojos grandes, vivos, hablan por sí solos. Se muestra empática y agradecida en cuanto alabas lo bien que escribe y lo valiente que es, su historia pone los pelos de punta. El diagnóstico definitivo de Síndrome de Asperger llegó después de una infancia desafortunada con una familia a la que ha renunciado y con muchas trabas sociales y personales. Forma parte de la comisión de adultos de la Asociación Asperger de Madrid. Escribe, tiene un blog personal, da charlas de discapacidad y género y del Síndrome de Asperger.

 La terapia con un buen especialista en TEA (Trastornos del Espectro del Autismo) es fundamental para salir adelante y tener herramientas para sobrevivir en un mundo muy difícil y lleno de dobles sentidos e ironías que a menudo a las personas con este diagnóstico les cuesta entender. Los Trastornos del Espectro del Autismo son alrededor de 4,5 más comunes en los niños que en las niñas. Estudios a nivel mundial muestran tasas de diagnóstico mucho más altas para los hombres que para las mujeres. Los estereotipos de género afectan negativamente a las mujeres con diagnósticos que en muchos casos son tardíos, tal y como cuenta Cristina: «A las mujeres en general y a las chicas TEA en particular, se nos trata de histéricas, exageradas y se tiende a la sobremedicación o a diagnósticos incorrectos y exagerados. En mi caso pasé por más de 10 psicólogos diferentes en toda mi vida que me dijeron que tenía problemas de soberbia, egocentrismo, histeria o que definitivamente estaba loca, tenía paranoia y esquizofrenia, y se llegó a plantear incluso mi ingreso en un hospital de día. Me recetaron todo tipo de ansiotíticos y antipsicóticos. Todo esto me llevó a tener una gran depresión y a la incomprensión en general que me llevaron a varios intentos de suicidio».

  Conozco a muchas mujeres entre las que me incluyo que trabajan su interior y se enfrentan a su realidad a través de terapia personal.  Me sorprende y se lo comento que a pesar de contar con una discapacidad intelectual reconocida, haya tenido la lucidez de desprenderse de la familia y cortar lazos, un hecho que a muchas mujeres neurotípicas nos cuesta y trabajamos en terapia: «Hago click en el momento en el que veo que estoy en la mierda y hay que sacar fuerza para luchar contra la mierda. La gente comete el error de idolatrar a los padres y pensar que les tienes que querer y perdonar por ello. Yo llegué a la conclusión de que con el maltrato no era así».

  Es fácil comprenderla después de una vida complicada con trastornos alimenticios, intentos de suicidio y la sensación de haber nacido en un lugar equivocado sin nadie que te entienda y  con falta de autoestima: «El peor comportamiento represivo por parte de mis padres fue que, debido a que había nacido con una importante asimetría mamaria, ellos me decían que nunca podría tener relaciones sexuales con un chico por no verme atractiva, que tendría que esconderlo el resto de mi vida, que ningún chico me iba a querer…» Llegado a este punto, las lágrimas recorren las mejillas de Cristina, la aprieto la mano, la escucho, me dice que parezco la madre que nunca tuvo… «mi madre me obligó a hacer dieta desde los 10 años, decía que estaba gordísima y que así solo lograba que se metieran conmigo, que a los chicos no les gustaban las chicas gordas, que si ya de por sí era rara, alejaba a la gente por mi gordura, que no era atractiva y que nunca nadie se fijaría en mí si no adelgazaba. En mi casa lo poco que tenían dulce era para mis hermanas. Incluso tenían un orden específico para colocar las cosas en la cocina para saber si había cogido algo… toda esta mentalidad contribuyó a que desarrollara bulimia durante casi 3 años».

  Sin embargo, contra los pronósticos de su familia, sí ha encontrado a alguien que la quiera como es, simplemente maravillosa, Darko, un joven con Síndrome de Asperger, con el que vive y comparte su vida. La sonrisa inunda su cara esta vez cuando habla de él, me cuenta como se conocieron en un curso y como empezó su relación que dura ya casi cinco años: «Al principio quedábamos y como no teníamos dinero íbamos a visitar museos que son gratis para las personas con discapacidad. Darko me dice que soy guapísima y especial. Él también lo es, es muy inteligente, habla muy bien inglés y está trabajando en atención al público». Se queja del tipo de trabajos a los que una persona con discapacidad aspira: «Las empresas en cuanto tienes discapacidad te ponen un tope. Te ofrecen puestos de jardinera, carretillero… cuando tenemos mucho talento para muchas cosas».

 Le encanta leer, sus libros favoritos son los de aquellos personajes que son monstruos como FrankesteinEl fantasma de la ópera que se curan con amor, se siente reflejada en su historia. Admira a Helen Keller, la primera mujer con discapacidad que pasó a la historia y a Temple Grandin, mujer con autismo que inventó la caja de abrazos.

  He quedado con ella para tomar algo, para que me haga una entrevista para su blog realidad TEA y diversidad y acabo también haciéndole una entrevista a ella fascinada con su historia. Después de nuestro encuentro me reafirmo, no creo en la discapacidad, creo en las distintas capacidades. La historia de superación de Cristina es un ejemplo, sobre todo porque por sí misma, con todas las dificultades que ha sorteado, ha tomado decisiones que una persona neurotípica nunca hubiéramos tomado y en este momento es feliz. Se declara feminista, luchadora por lo derechos de las personas con discapacidad y por todas las causas injustas. Merece por ello todo mi respeto y admiración, por su madurez, su discurso pausado, emocionado, por coger las riendas de una vida tan complicada, por su personalidad… Como compartía hace poco en un post que encontré por Internet, el problema no es la persona con discapacidad sino la visión de la sociedad de las distintas capacidades...

LA RAE Y EL LENGUAJE SEXISTA

11 Ago

         A raíz de una definición de la palabra cabrona de una compañera de mi grupo de Mujeres Imperfectas me quedé estupefacta. Cabrona es según la misma: «Adjetivo femenino del latín capra (cabra) (por aquello de la fuerza con que estos animales envisten sus metas). Dícese de la mujer asertiva, inteligente e independiente, segura de sí misma, que sabe lo que quiere y que lucha por conseguirlo sin pretextos ni concesiones. Mujer que cuestiona y no se complace con respuestas evidentes sino que busca la respuesta correcta. Que forma relaciones y estrecha lazos no por necesidad sino por decisión propia, y que consecuentemente buca conseguir una mejor vida para sí y para quienes la rodean». Cuando terminé de leerlo me extrañó  la definición tan liberal, ideal y feminista ya que la RAE  (Real Academia de la Lengua Española) tiene cuarenta y seis sillones, de los cuales en la relación de académicas actual, sólo hay seis mujeres y que destaca por un cierto tufo casposo y machista. De hecho el periodista y escritor Arturo Pérez Reverte  tan «apreciado» por los grupos feministas por su opinión sobre las mujeres, ocupa el sillón T.RAE-lenguaje-sexista-exclusivo

Con esto se abrió un debate entre mis amigos que se sintieron ofendidos. Antes de mirar el diccionario, discutimos un rato acerca de la palabra y a pesar de la estupenda e ideal definición que acababa de leer y que yo misma me encargué de transmitirles en voz alta, los hombres dijeron que era injusta porque en masculino el término cabrón es mucho más peyorativo. A esta ofensa de los muchachos, yo les respondí algo que había leído recientemente: «No puedes considerarte oprimido si ostentas derechos que los demás reclaman». Es decir, los hombres blancos y heterosexuales que eran la mayoría de mis amigos en el grupo,  no pueden considerarse ni oprimidos ni víctimas del lenguaje sexista puesto que son los primeros en ir en la definición del diccionario además de una serie de derechos adquiridos que durante años llevamos reclamando las mujeres, los homosexuales, las personas de otra raza, religión o color. Si eres hombre blanco y homosexual lo puedes tener mal pero si le añades otro plus, hombre negro y homosexual la cosa se va complicando, y aún más, si eres mujer  y  lesbiana mal, pero ¿y si eres mujer negra y lesbiana?… lo vamos teniendo muchísimo más difícil.  Si tenemos en cuenta el lugar de nacimiento como determinados países de África o Asia, tus derechos tienen que defenderlos una ONG o una organización de derechos humanos. En la India, uno de los peores países para nacer mujer, donde se tortura o asesina a una mujer si la familia de su esposo no está de acuerdo con la dote, no quiero ni imaginar cual es la situación de una mujer lesbiana. No se trata de derechos de género femenino, son derechos humanos básicos inherentes al individuo/a cualquiera que sea su género, raza, opción sexual y color.

Después de este speech con el que conseguí dejarles callados, eché un vistazo a la definición real de la RAE de cabrón/a y tal como esperaba fue soprendente. Entre muchas definiciones, la que más me llama la atención es:  «Se dice del hombre al que su mujer es infiel, y en especial si lo consiente». Lo que me chirria y altera es «y en especial si lo consiente» y en el caso de cornudo/a:» Dicho del marido: Cuya mujer le ha faltado a la fidelidad conyugal». ¿Ser consentido implica todavía ser más bobo y más cabrón? ¿No genera violencia el hecho de no consentirlo o evitar serlo?… ¿Por qué la RAE no define de esta manera?: «Dicho del hombre/mujer cuya esposa/marido (ni siquiera la definición real da la posibilidad de no estar casados) es infiel y en especial si él/ella lo consiente» o mejor aún: «Dícese de la pareja en la que uno de los miembros es infiel al otro». La RAE se permite dar consejos a determinadas instituciones para que redacten sus guías y prevenir el sexismo lingüístico y dar visibilidad a la mujer. Primero deberían reflexionar en cuanto a lo suyo. Espero que en su próxima edición prevista para octubre de este año, la RAE hayan enmendado algunas definiciones mirando de frente a la realidad social. Hoy en día hay parejas heterosexuales, homosexuales, transgénero, etc… ¡amplitud de miras por favor!  La RAE tiene el mismo aroma rancio que la Enciclopedia de la Vida Sexual del psiquiatra López Ibor. Cuando era pequeña, allá por los 80, la robaba a escondidas cuando no estaban mis padres y me espantaba la manera de referirse a la pareja y las relaciones sexuales: «cuando el esposo […] a la esposa».  Me sentía excluida de la enciclopedia ya que por aquel entonces el matrimonio no entraba en mis planes.

Luego nos llaman exageradas y cansinas con el tema, pero ejemplos de este tipo los encontramos en la vida cotidiana y no hacen más que alimentar al patriarcado y a la violencia de género. Basta con ponerse las gafas lila, las que te hacen mirar y ver claramente las diferencias de sexos. Mi compañera del grupo de Mujeres Imperfectas me aclaró que la definición que compartió del término cabrona era algo idealizado y que corresponde a una bloguera chilena y por tanto literaria, más connotativa que real. ¿No es una pena?

MI MATERNIDAD

19 May

Cuando una piensa en la maternidad sin tener previa experiencia, la idea que se le viene a la cabeza (hablo por mí aunque es un sentimiento compartido con más mujeres) es la de la idealización, el estado completo de la mujer, la felicidad plena. Antes de mi experiencia como madre yo me sentía una mujer plenamente feliz. Decidí ser madre al poco tiempo de nacer mi sobrina, el cuerpo me lo pedía y Guillermo vino rápido, al primer mes de intentarlo.

A menudo me he sentido un bicho raro porque la maternidad no ha añadido felicidad a mi existencia como ya he comentado, siempre he sido persona con actitud positiva en la vida y a menudo también me he recriminado por qué no ha sido tan bonito como lo que otras mujeres expresaban. Hará un año vi un programa en La 2 acerca de la maternidad en el que salían artistas, escritoras e intelectuales hablando de su experiencia. Nadie hablaba de la mía, me volví a sentir mal. ¿Por qué nadie compartía mi sentimiento? ¿seré yo?… supongo que querían subir los índices de natalidad y no les convenía hablar de cual es el sentimiento cuando tienes un hijo/a «diferente» es decir que no entra en los percentiles, estadísticas ni ritmos establecidos.maternidad

 Cuando mi hijo tenía dos años, me di cuenta en una consulta médica que algo no iba bien o dicho de otro modo, mi hijo no seguía el ritmo; coincidimos con un niño de su misma edad que hablaba por los codos, él apenas decía cuatro palabras y se mostraba nervioso y distraido. Mi madre me acompañaba y le pregunté si  creía que era «normal» que aquel niño hablara tanto, ella me contestó: -«Sí Sonia, el que habla muy poco es Guillermo»-. Me quedé sorprendida y a partir de ahí empezó mi peregrinación de un especialista a otro.

Cometí entonces muchos errores y hubiera estado mucho más tranquila si hubiera seguido mi intuición y no hubiera creído en los «profesionales» que desde el primer momento evaluaron por qué tenía retraso en el lenguaje y falta de atención: psicólogos, psicoterapeutas, psiquiatras… Hubiera afrontado mi matenidad mucho más tranquila si hubiera tenido claro que:

  • Nadie conoce mejor a su hijo que uno mismo. Ningún especialista te va a aportar nada nuevo, muy al contrario eres tú la que tienes la información. Al final de mi recorrido llegué y sigo llegando a la conclusión de que ellos no me van a resolver nada ni decir lo que es Guillermo  porque soy yo la que les aporto datos, no ellos a mí.
  • Todo tiene que corresponder a una etiqueta.  En los informes psicopedagógicos hablaban de:  «tiene rasgos de», «puede corresponder a» pero nadie se mojaba en darme un diagnóstico ni lo tengo a día de hoy.
  • Déficit de los colegios para tratar a niños con distintos ritmos de aprendizaje. En estos años me he encontrado muy pocos profesores que no sean PT (psicopedagogía terapeútica) y AL (audición y lenguaje) que realmente se hayan tomado como un reto el aprendizaje de Guillermo. Muy al contrario en el primer colegio que estuvo (le tuve que cambiar porque la presión tanto de la dirección como de los profesores fue tremenda) le hicieron un maestro de la plastilina. Os juro que no aprendió nada, nadie se ocupó de él pero hoy en día es un verdadero artista de la plastilina. Tanto trabajaron la psicomotricidad que hoy en día es sorprendente el manejo que tiene de ella.
  • Ningún informe psicoterapéutico recoge el talento artístico. La última reunión con la psicóloga del colegio no pude por menos que reirme. Su talento en el arte y la pintura es obvio pero el informe NO lo recoge. Recoge avances y ritmos de aprendizaje lentos como es obvio. Le conocen de una evaluación de un rato cada dos años, es decir de nada. Por tanto no me creo nada del informe que tengo que presentar cuando le cambie de colegio y que niego rotundamente. Hace poco el terapeuta que le trata para mejorar su atención salió con los ojos como platos cuando le mandó hacer un perrito de plastilina… y Guille salió muy contento de que le reconocieran «su arte».

Durante años me moví con miedo, un miedo que me paralizó, me hizo pequeña, muy pequeña, y que me impedía alzar la voz o estar en desacuerdo con los falsos diagnósticos u opiniones que otros vertían sobre su persona sin tener ni puta idea y sin contar con el daño que nos podían hacer, simplemente porque era un niño que daba más trabajo que cualquier otro y no sabían como tratarle o no les apetecía currar de más. Hoy en día lo tengo casi superado, sinceramente no del todo pero he trabajado y sigo trabajando mucho en ello.

Y actualmente, ¿en qué punto estamos? Guille tiene 11 años y va aprendiendo a su ritmo, diferente pero su ritmo.  Acude a terapia,es un niño alegre, con un entorno feliz, educado, sensible y un artista plástico, a veces creo que a lo mejor es un poco genio debido a su enorme creatividad y su capacidad para hacer monstruos de plastilina o LEGOS, y dibujos muy por encima de los niños de su edad… Esta mañana me sentía jodidamente imperfecta, un desastre en toda regla, pero cuando íbamos al colegio él me ha hecho parar y repetir : «No soy ningún desastre, para, respira y repite conmigo mamá, NO SOY NINGÚN DESASTRE»… posiblemente es lo que le diga yo a él para animarle y ha tomado nota.

El hecho de ser madre ya implica sufrimiento y una responsabilidad enorme. Si encima le añadimos dificultades la cuesta es mucho más arriba, pero de esta maternidad no he oído hablar a nadie, nadie me lo había contado, ningún programa de televisión, lo he tenido que descubrir yo sola y me ha costado muchas lágrimas.  Sólo soy una madre que se ha encontrado un montón de piedras en el camino, y que ha llegado a la conclusión de que o te hundes o tiras para adelante enfrentandote a todo el mundo que muchas veces se mueve por intereses personales y no por vocación. En el fondo y como me dijo una vez un psicólogo para tratarme de lo mío «a tí también te gusta ser diferente ¿no?»… Pues sí, pero ¡qué difícil es a veces salirse de la norma!

Nota: Sirva este post como un ejercicio de catarsis personal. Nunca había abierto mis entrañas para contar mi experiencia que espero que ayude a otras madres.

ACERCA DEL ABORTO Y ACCIÓN REGISTRO 2014

12 Feb

   Es increíble como una injusticia puede unir tanto a las mujeres. Convencidas de que el proyecto de ley del aborto que quiere aprobar el  gobierno del PP lo es, un grupo de mujeres capitaneadas por Yolanda Domínguez, www.yolandadominguez.com artista visual y activista en pro de los derechos de las mujeres, nos dirigimos al registro de la propiedad de Madrid a registrar nuestros cuerpos como nuestro bien más preciado el pasado 5 de febrero a las 10:00 de la mañana. La acción fue simultánea en varias ciudades de España, como Barcelona, Bilbao, Pamplona, Sevilla y Vilagarcía de Arousa (Pontevedra),  a la par que secreta para jugar con el efecto «sorpresa» y que nada ni nadie nos pudiera detener.

   Yolanda Domínguez quería así hacer visible este conflicto de autoridad sobre el cuerpo de la mujer con esta acción simbólica, para registrar el derecho a la posesión y libre uso de nuestro propio cuerpo y dejar constancia de que #micuerpoesmío y nadie debe impedir ni condicionar nuestra toma de decisiones. Allá que la seguimos un grupo de unas 30 mujeres sólo en Madrid, emocionadas y convencidas de que la idea era lógica y que nadie, nadie puede cosificarnos y tratarnos como pura mercancía, con la lógica adrenalina de no saber qué iba a pasar y cómo iban a reaccionar los funcionarios. En el resto de las ciudades en las que se convocó, fue un éxito rotundo y el primer día llegamos a ser centenares de mujeres por toda España, reclamando la propiedad de nuestros cuerpos. En Bilbao y Barcelona sellaron las solicitudes y las admitieron a trámite. En Madrid, el pasado lunes  10 de febrero a las 12:30 el registrador de la propiedad en Madrid nos recibió para tramitar nuestras peticiones, momento histórico en el que todas sentimos que estábamos participando en algo grande a favor de todas las mujeres, hermanadas y contentas desde el poder de la convinción. Y este día éramos muchas más. Los medios nos apoyaron y logramos una gran difusión tanto en televisión, prensa como en las redes sociales. Cada una de nosotras lo difundió y entre nuestras amistades notamos un apoyo, una empatía y unas ganas de participar enormes. Nuestra petición todavía no está resuelta, estamos esperando una respuesta. No sabemos si quedará solo en el acto anecdótico o prosperará puesto que en este caso hay un vacío legal, igual sentamos jurisprudencia, quien sabe….

http://www.cuatro.com/noticias/espana/Aborto-protesta-registro-cuerpo_2_1746705178.html

   Como bien dice Idoia, amiga de mi grupo de Mujeres Imperfectas, «Una mujer que se planta en un Registro civil a registrar sus tetas, sus manos, su culo, su cabeza, sus ovarios y útero, su espalda…esa mujer es la que en mi feminismo cambiara el mundo», http://mujeresimperfectas.blogspot.com.es/2014/02/mi-feminismo.html,.

   Las reacciones posteriores de la acción y de la opinión de algunas mujeres no tienen desperdicio. Desde aquellas que opinan que invirtiendo en educación sexual, los jóvenes se animan a practicar sexo, hasta gente, entre los que incluyo a hombres, que ha empezado a contactar con Yolanda para saber lo que hay que hacer para registrar el cuerpo de sus hijas en el registro. Nos llamarán locas, pero con la acción se ha abierto un camino hacia la reflexión y el debate en el que cada colectivo hemos apoyado distintas acciones para concienciar a la sociedad de lo que supondría no poder decidir sobre nuestros cuerpos. En líneas generales, todas y cada una de nosotras, hemos recibido apoyo y felicitaciones tanto de mujeres como hombres.

   El sábado pasado, 8 de febrero,  en la manifestación contra el aborto en Madrid, me encontré con varias mujeres que habían desempolvado sus chapas de los ochenta a favor del derecho a decidir (que no pro abortistas, sólo a favor del derecho en sí que es distinto) y que estaban nuevamente en vigor y penosamente tenían sentido, casi 25 años después.  «Por favor, mantened la lucha».-nos decían, mujeres que eran minoría en su época en la que protestar les costaba unos cuantos palos y correr perseguidas por la policía, acorraladas en Malasaña, mujeres pioneras en la lucha de nuestros derechos.

Chapas de las manifestaciones de los años 80

Chapas de las manifestaciones de los años 80

   También me he dado cuenta en estos días que cada vez hay más gente muy joven consciente, informada y libre que no quiere que decidan por ella. No nos engañemos, abortar no es un acto que se haga alegremente y se tome a la ligera. La mujer pasa por un proceso mental muy doloroso, en el que es siempre la víctima. Somos las víctimas de la negativa de algunos hombres a ponerse un condón porque las relaciones sexuales son más placenteras sin él, y de nosotras mismas por no negarnos, somos las víctimas de un gobierno que quiere cargarse los derechos de la minoría para dejarle sin voz, somos víctimas de la iglesia de la que tenemos que oir mensajes tan ilógicos como la del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla (que no entiendo como puede seguir como obispo) «El feminismo ideológico es un paso en el proceso de deconstrucción de la persona».  Yo soy feminista y no solo no estoy deconstruida (no soy un postre, soy una persona) sino que desde que ejerzo, tengo una mejor conciencia de mí misma y de lo que puedo hacer por el resto, me siento empoderada. Una mujer cargada de niños y sin tiempo de pensar, es una mujer atada por el Patriarcado, que no se puede rebelar ni luchar por sus derechos. Para callarnos Sr. Reig, habría que amordazarnos y no es una hazaña fácil, creamé.

   Hoy es un día triste para el feminismo en el que nunca me sentiré representada por las mujeres del PP, mujeres que no han roto con la disciplina del voto de los varones del PP al votar a favor de la ley que propone su partido. Mujeres que han votado en contra de sus propios derechos, que en muchos casos son madres con hijas que dada la situación, pueden viajar a otro país para abortar porque disponen de recursos, mujeres TRAIDORAS en definitiva que han desoído la voluntad popular y que NO me representan. Gallardón decía en las noticias que con esta votación los representantes del pueblo han votado la voluntad popular, MENTIRA. Un gobierno que desoye a su pueblo es un gobierno que debería ser depuesto inmediatamente….Solo nos queda el activismo en sus diferentes formas y propuestas , estemos de acuerdo o no con la manera de llevarlas a cabo. ¡¡¡¡Mujeres de mundo uniros!!!, a la iniciativa que os parezca mejor, con la que más os identifiquéis pero salid a las calles y que se os oiga. Recordad «Nosotras parimos, nosotras decidimos»….y que nadie nadie, decida por tí #micuerpoesmío.

LA SEÑORA

12 Nov

   Madrid ofrece una visión apocalíptica estos días con la huelga de basuras. Dentro de la sinrazón he leído que Ana Botella iba a tomar medidas contra el botellón (valga la redundancia) en fin de semana, reforzando la vigilancia, es decir en vez de ir al origen del conflicto, y quitarnos esta cruz, previene e intenta disolver la libre reunión de jóvenes, para no recoger más mierda de las calles. Surrealismo en estado puro…En este contexto, una amiga se acercó al centro el otro día y me comentaba entre risas las situaciones tan raras que se producen con la huelga, que en la esquina San Bernardo/Gran Vía, se encontró con otra escena apocalíptica, dos rumanos con un cerdo vietnamita en brazos caminando a prisa, y toda la mierda esparcida a su alrededor…no es el hecho de los rumanos, sino que nos preguntábamos ¿qué hacía un cerdo vietnamita por allí?…desde luego en su habitat estaba, más que los madrileños, los que estamos fuera de lugar somos nosotros….señora2

Con este maravilloso panorama que tenemos, quedé con una amiga para comer por el centro, sí, somos masocas, nos gusta ir saltando obstáculos, contenedores incendiados, basura esparcida por el suelo, mogollones de plásticos y comida amontonados….si la mierda es visible en los barrios, en el centro mucho más como medida de presión….El caso es que me sobraba tiempo, así que me adentré en unos grandes almacenes para echar un vistazo…

   Estaba yo mirando unos pantalones pitillo negros, de esos de fondo de armario que pegan con todo y se acerca una dependienta -¿la puedo ayudar señora?-( Ah, pero es a mí)……-Pues sí mira, quiero estos pantalones negro pitillo-, -uf, creo que no hay su talla-…Una vez que me recupero del bajón depresivo del «Señora» y de la talla (es muy difícil asumir los dos en uno), me meto al probador con unos pantalones que en teoría son  mi talla….El probador proyecta una luz cenital  como la de las películas de terror con la que mi celulitis es más que evidente, de hecho nunca me había fijado en taaaanta celulitis…..en fín que sólo juntando las dos piernas del pantalón cabría una sola pierna mía (complejo de elefante). -¿Cómo le quedan?, -no  me convencen- …corramos un tupido velo.

   Salgo de allí como alma que lleva al diablo, me doy cuenta que estoy en la planta de jóvenes y que solo hay hasta la talla 42, joder es verdad,¡ ya no soy una jovencita!, pero igualmente me indigno, ¡qué pasa que las chicas que pasan la talla 42 no tienen derecho a vestirse aquí!. Parece ser que NO. Podría haberme ido directa a la planta de Señoras pero me niego. Mi edad biológica va por un lado y mi edad cronológica por otro….Actitud. No es que yo niegue mi edad, soy cuarentona y lo asumo con gusto, me he acostumbrado al Ud. y al Señora, lo que pasa es que mi mente va por libre, llamadme inmadura pero a veces me sigo sintiendo como aquella muchacha impulsiva, caprichosa, inconformista, peleona y también bailona, con ganas de cachondeo…

   El Mundo Viejuno existe, por qué negarlo, incluso en la juventud, hay jóvenes-viejos desde que nacen, apocados, quejicas, conformistas, desganaos, tristes…..No suelo mirar a la gente por la edad y a veces me molesta que me pregunten por la mía o por la de los demás. No, no es relevante, o se tienen ganas o no se tienen o hay actitud y predisposición para hacer las cosas o no la hay independientemente de los 20, 30, 40 ó los años que se tengan.

   Me encuentro con mi amiga Isabel, cuarentona como yo para comer, le comento lo de la luz cenital del probador que me ha amargado el día, nos reímos, charlamos, ambas tenemos parejas más jóvenes ¿casualidad?. Realmente no nos creemos los cuarenta y tantos, nos conocemos desde pequeñas y nos da igual, la única evidencia son los dolores de espalda, lumbagos, bahhhhh achaques sin importancia.

   Debido a los achaques sin importancia precisamente, me dirijo a hacerme una radiografía en la espalda esta misma semana. Dos meses después me han dado cita, cuando entro en la sala, la enfermera me da las instrucciones pertinentes, me indica dónde tumbarme, y antes de comenzar me dice: -¿Estás embarazada o crees que pudieras estarlo?- . Le respondo NOOOOOO, con una sonrisa de oreja a oreja…..¡Me alegra que me haga esa pregunta!…Hoy en día las señoras podemos dedicir y pensar en la maternidad incluso hasta los cuarenta y tantos…..