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Bambino, mi infancia y la nostalgia

2 Jul

Anoche acudí a un concierto homenaje a Bambino en el Centro Cultural Conde Duque en Madrid donde actuaron Raúl Rodríguez, Miguel Campello, Pedro el Granaíno, Maui, Fernando Soto, Makarines y Diego Guerrero entre otros. Durante mi vida no he sido consciente, del hecho de haberme criado cerca de un mito, de un artista incomparable.  Mi padre fue su representante artístico la mayor parte de su carrera y en los últimos momentos de su vida (la de Bambino) organizó un festival homenaje en el  Teatro Reina Victoria de Madrid para recaudar fondos por su enfermedad terminal, un cáncer de garganta, que le impidió vivir de su arte y morir prácticamente en la miseria en el año 1999 a los 59 años de edad. Seis años más tarde en 2005 fallecería mi padre de un cáncer de pulmón a la edad de 64 años.

Bambino se bebió la vida, fue un gozador en toda la regla, vivió el presente y no pensó en el futuro, futuro que le depararía una muerte precipitada e injusta. Era el Madrid de los 80 de juergas flamencas, salas nocturnas cuando Cleofás, la sala Villarosa y Florida Park formaban parte del circuito de salas de ocio. Mi padre programaba estas salas y otras más con ventrílocuos, cómicos, cantaores, bailaores… eran otros tiempos de un submundo de garitos con sótanos llenos de humo, juergas flamencas hasta altas horas de la madrugada, cubalibres, cocaína, palmeros…

Letras profundas las de Bambino, viscerales,  desgarradas de amor y  sobre todo de desamor interpretadas desde las entrañas de un cantaor único e irrepetible. Si por algo destacaba era por ser un gran intérprete.

bambino

Y en ese ambiente moderno y rodeados de artistas crecimos mis hermanos y yo. Anoche cuando volví a oír los temas que han formado parte de mi infancia, vino a mi memoria mi padre, trajeado con un traje verde de alpaca a juego con sus ojos verdes, yendo a trabajar  y a recorrer salas de fiesta para contratar artistas y traer dinero a casa (aunque ocio y trabajo fueron de la mano también en su vida). Me acordé de que cuando yo salía de casa para ir al colegio a veces me cruzaba con él que volvía de trabajar con olor a humo y los ojos rojos de sueño (o eso quiero creer). Mi 14 cumpleaños lo celebramos de cena en familia y después en Florida Park donde Bambino me dedicó su concierto «a una niña que se hace mujer a la que he visto casi nacer y crecer». Recuerdo también el olor a canuto de algunos garitos, los gitanos, los palmeros, el arte, la fiesta,  el olor a cerrado mezclado con ambientador y tabaco de algunas salas de fiestas de Madrid, el ambiente canalla de infieles que salían de su escondite por las noches y se paseaban de la mano de sus jóvenes amantes. También fui testigo  a medida que crecía de relaciones homosexuales en la clandestinidad de los antros de la época, de travestís y transformistas mezclados con flamencos, de libertad y respeto, de espacios libres de juicios y de prejuicios…

Bambino era un hombre tímido, a veces tartamudeaba al hablar, pero se subía a un escenario y se transformaba en una especie de Dios al que el público veneraba, jaleaba y adoraba a partes iguales. Creo que no he sido consciente hasta su muerte de la importancia y la influencia  de este artista en mi vida, de mi amor por el flamenco y por su figura y lo que me aportó como persona. Tampoco he sido consciente de que mi padre me hizo una mujer tolerante, un poco artista, normalicé ambientes peculiares muy bien recreados en las pelis de Almodovar, que igual no me tocaba conocer tan pronto, no lo se.

Esta vida de fiesta y farándula de mi padre tuvo un coste emocional en la familia, en la relación de pareja con mi madre, tanto en la vida de mis hermanos como en la mía y en su propio destino tristemente unido al de Bambino con su precipitada muerte también. Pero esa es otra historia que queda en la intimidad de los míos y de la que a lo mejor algún día  en un acto de catarsis me gustaría hablar… Agradezco a la vida la oportunidad de crecer, aprender y ser al lado de uno de los grandes.  Allá donde estés ¡Ole Bambino, va por tí!

2 respuestas to “Bambino, mi infancia y la nostalgia”

  1. Juan Luis julio 2, 2018 a 6:42 pm #

    Puff hermanita, no se puede contar mejor. Cuantas lagrimas te ha costado porque a mi no dejan de salirme. Fuimos afortunados y algo diferentes al resto de nuestros amigos de colegio y del barrio o por lo menos eso creí yo durante algún tiempo sobre todo cuando el profesor te preguntaba a que se dedicaba tu padre (jodios cotillas) y tu le respondías , representante artístico (ahora se dice Manager ) a si? y de quien? …. y tirabas de portfolio; Bambino el primero, Manolo de Vega el segundo, Agata Lys y Monty el loco iban detrás hasta que se te acababan los nombres porque ya te metías en la noche noche y eso era mucha noche como ya has explicado ; Paco España, Tete de Linares y tantos que ahora montarían la carroza mas auténtica del orgullo Gay. Recuerdo noches viendo a los chichos en los asientos de alguna sala a la que no podian asistir menores y nosotros, ojipláticos y escondidos…grandes momentos como en Florida Park donde Miguel porque así se le llamaba en casa a Bambino, te dedicó una canción o la asistencia a tu comunión …tantos momentos cubiertos de olor a bohemia que hemos podido disfrutar. Grande Bambino, grande tu padre y nosotros aprendiendo.

    • disertacionesorales julio 3, 2018 a 3:03 pm #

      Aprendiendo no se si demasiado y muy rápido. Si jajajaj yo también me acuerdo de ver a cómicos en salas con sillones del revés y nosotros mirando a través del sillón como escondidos¡¡ Yo sigo emocionada, muchos recuerdos amontonados que de repente salieron a borbotones, jartá a llorar en el concierto también… Abrazo broda

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