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UN POCO DE HUMOR POR FAVOR

15 Feb

El otro día casi me aplauden de espectáculo que di en un vagón de metro (como no), parecía una escena de Lina Morgan en «La tonta del bote»…el caso es que llevaba colgada una mochila, el bolso cruzado, el mp4 escuchando música y un libro. Cuando me di cuenta de lo embelesada que estaba en el libro, ya había llegado a mi estación y en menos de 1 minuto tuve que reorganizarme: quitarme la mochila, quitar de enmedio los cascos del reproductor, descruzarme el bolso, y de repente se me había formado un mogollón de cables y asas de bolso y mochila, que casi me quedo atrapada en mi misma….. Finalmente salí del vagón con 800 cables cruzados en mi pecho, después de haber sorteado otros tantos que anudaban mis tobillos; en resumidas cuentas ¡qué agobio!..

Un rato después cuando llegué a mi destino, comenté lo que me había pasado con mis colegas y nos estuvimos riendo un buen rato. La risa liberadora convirtió la ansiedad y las prisas en motivo de relajación y alegría.  A veces pasa que en un tanatorio o drama  te invade la risa nerviosa y acabas pidiendo que te trague la tierra; surrealismo en estado puro porque ni la situación ni el lugar lo requieren. Lo que requiere la situación es una vía de escape ante tanto mal rollo y la mente que es muy sabia se va por otros derroteros. Recuerdo a mi madre en una situación dramática, posiblemente la peor de su vida,  comiéndose un pedazo de bocata de tortilla de patatas encerrada en un cuarto de baño de un hospital para que no la vieran y riéndose muy a su pesar porque «hija mía, ni con esta pena se me quita el hambre» mi Carpanta madre…..

Como mujer he de admitir que me río de hasta de mi sombra si es necesario pero no admito bromas ni del peso ni la edad, ¡mejor no tocarlo!, y  declaro que a estas alturas y con una mochila importante en mis espaldas, entre las cualidades que destaco en un hombre o simplemente en una buena compañía es el sentido del humor. De hecho divido a la gente entre los que tienen sentido del humor y los que no, estos últimos creo que tienen un defecto, son los tristes de toda la vida vamos…

Ante el tinte de los acontecimientos,  buscamos reirnos desesperadamente, es lo que hay, o emigramos a otro país o buscamos la sal de la vida.  Está el panorama raro, raro, en época de retroceso de libertades y derechos de los curritos, entre los que por supuesto me encuentro, y algo hay que hacer, indignarse, gritar, twittear que es como gritar en medio de una plaza nuestra desesperación sin saber quién recogerá el lamento, y por supuesto reírse,  todo en uno….La risa genera endorfinas, la hormona de la felicidad, no tengo dinero, ni trabajo pero  estoy cargadita de endorfinas tralará, en consecuencia soy feliz, por la transitiva o por el artículo 33 me da igual….

El sábado de carnaval, tenemos fiesta en casa , fiesta de disfraces  y de risas, hace años que abandonamos la costumbre pero la retomamos por causa de fuerza mayor, porque tenemos que reirnos, así de simple, porque necesitamos mirar con otra perspectiva todo lo que está pasando, Garzón, Urdangarín,  la reforma laboral, la desesperación, la falta de oportunidades, de dinero …en definitiva: sin sentido del humor, la vida no tiene sentido…aunque habría que preguntarle a los pobrecitos griegos….»sábado de carnaval, te he conocido por el disfraz»……pero esa ya es otra historia….